lunes, 10 de marzo de 2014

Los algoritmos procedurales y la mentira de procesos en los sistemas.

Mi perfil de Google Plus

Los algoritmos procedurales y la mentira de procesos en los sistemas.

Ing. Rubén Alexander More Valencia
UCV Filial Piura – Oficina de investigación.

La característica para que los sistemas sean funcionalmente correctos es la preciada forma en la cual el sistema es completo y no puede ser reducido, donde su operatividad no es partes, sino el esquema funcional, toca definir el concepto por tal de funcionalmente correcto, esto es lo que Michael Behe la formulara en su ya clásico “Darwin ´s Black Box” (1996): “Entiendo que un sistema es irreduciblemente complejo si está compuesto de varias partes interconectadas y bien ensambladas que contribuyen a su función básica, y donde la pérdida de una cualquiera de las partes provoca que el sistema cese efectivamente en su función”.
La consecuencia de esta característica de los sistemas es que en un mismo tiempo las partes o elementos del sistema se disponen con la necesidad subyacente, entiéndase como la profunda necesidad de ligarse y estar unidos entre sí, para producir funcionalidad.
Y aquí es donde surge la justificación inteligente, para la estructura formal del sistema, donde definitivamente hay forma, diseño, e intervención de la percepción modal de la inteligencia para producir la funcionalidad natural de cualquier sistema.
La calificación de funcionalidad en un sistema es una aventura poco discutida, y harto controversial, solamente tratar de conceptualizar función resulta en una compleja forma de abstraer sistemas, la discusión dada por la elicitación de entender realmente sistemas desarrolla en definitiva la intervención de inteligencia, la cual percibe y construye el diseño de sistemas. Y es más que discutir funcionalidad, si es que desarrollamos la idea de graduación de los sistemas, esta graduación es por crear etapas intermedias para llegar a un sistema, sin embargo un sistema es o no funcionalmente operativo, no hay etapas intermedias, de decir parcialmente funciona u opera, y resulta obvio la terminación de creer que los sistemas son procesos.
Las construcciones de esto llevan a proponer sistemas artificiales y sistemas naturales, bajo el paradigma de aquella inteligencia que los desarrolla. Es ese lapicero que podemos imaginar todos, cumple funcionalmente de manera correcta como un sistema para escribir o pintar, con partes íntegramente unidas para producir funcionalidad. Pero entonces el paradigma de que los sistemas se basan en procesos queda desligado, pues los procesos son eventos de los cuales se espera un resultado,  ¿es esto un sistema?, no lo es, pero para construir sistemas artificiales ¿se necesita de procesos?, sí, si estos sistemas son artificiales y se busca funcionalidad, se puede usar procesos para desarrollar sistemas artificiales, sin embargo para entender un sistema, requiere de entender su funcionalidad, no su proceso de construcción, el proceso de construcción es inteligente, y también lo es el proceso de percibir la funcionalidad de un sistema, esa funcionalidad requiere diseño, y darle forma, pero a ese sistema que ya existe, por tanto; los procesos no forman parte del sistema. Los procesos estructuran los eventos para desarrollarlos artificialmente.